(aviso: post largo e indignado. Sólo se admitirán comentarios que incluyan vituperios y apoyen la causa)
Pues eso mismo del título. La escuela de idiomas, así por las buenas, ha decidido que no puedo presentarme al examen oral. Y como estoy en el último curso no me van a guardar las partes que apruebe del examen escrito, así que puedo decidir entre las siguientes opciones:
1.- Joderme y comerme el billete de avión
2.- Cortarme las venas (con el billete de avión)
3.- Aprovechar que ya he comprado el vuelo para prenderle fuego al departamento de alemán y al despacho del director
4.- Emborracharme en el bar de enfrente de la escuela de idiomas mientras los demás se examinan
Los lectores os preguntaréis por qué no puedo presentarme al examen oral. Muy sencillo: la escuela de idiomas está en Fuenlabrada, yo estoy en Berlín y sólo puedo viajar para hacer el escrito y volver, no puedo pasarme la semana entera en Fuenlabrada. La respuesta oficial es que si me ponen el oral el mismo día que el examen escrito se crearía un precedente y muchos alumnos intentarían acogerse a ello sin motivos justificados y blablabla.
Perdone usted pero el precedente ya está creado, que yo lo he visto. Precisamente cuando hice tercero (en los tiempos en los que tercero aún era examen oficial), una compañera estaba en la misma situación y justo la persona que me ha negado el cambio de fecha era el profesor de mi grupo. Venga, que se inventen otra cosa.
jueves, 30 de abril de 2009
miércoles, 29 de abril de 2009
Cómo abrir una cuenta bancaria
En Madrid:
1.- Vas a un banco cualquiera
2.- Haces cola
3.- Presentas tu DNI/pasaporte/documento oficial que te identifica
4.- Firmas un par de papeles
5.- Esperas a que te impriman los datos en la libreta
6.- Te vas a casa
En Berlín:
1.- Pides hora
2.- Vas al banco y preguntas
3.- Te ofrecen un zumo, café o agua
4.- Cuentas tu situación para ver qué tipo de cuenta te pueden hacer
5.- Presentas tu pasaporte, tu DNI, tu contrato de alquiler, los impuestos del último año y, si tienes, algo que certifique que eres estudiante (carnet internacional de estudiante, por ejemplo) y/o becario (carta firmada por tu jefe que certifica que estás haciendo prácticas)
6.- Esperas a que fotocopien todo eso
7.- Esperas a que metan los datos de todos los papeles en el ordenador
8.- Esperas a que impriman un montón enorme de papeles, con su correspondiente duplicado
9.- Te entregan dos sobres cerrados con tus códigos pin para el acceso a banca electrónica
10.- Firmas papeles
11.- Te entregan una carpeta con los duplicados de todos los papeles
12.- Te explican cómo funciona todo, cuándo recibes la tarjeta de crédito, en qué bancos puedes sacar dinero sin pagar comisión, que tienes que actualizar todos los meses obligatoriamente (aquí actualizamos la libreta de pascuas a ramos)
13.- Te preguntan si te queda alguna duda
14.- Te acompañan abajo y te desean mucha suerte en tus prácticas y en tu estancia en Berlín
¡¡¡Y sólo en 50 minutos!!!
1.- Vas a un banco cualquiera
2.- Haces cola
3.- Presentas tu DNI/pasaporte/documento oficial que te identifica
4.- Firmas un par de papeles
5.- Esperas a que te impriman los datos en la libreta
6.- Te vas a casa
En Berlín:
1.- Pides hora
2.- Vas al banco y preguntas
3.- Te ofrecen un zumo, café o agua
4.- Cuentas tu situación para ver qué tipo de cuenta te pueden hacer
5.- Presentas tu pasaporte, tu DNI, tu contrato de alquiler, los impuestos del último año y, si tienes, algo que certifique que eres estudiante (carnet internacional de estudiante, por ejemplo) y/o becario (carta firmada por tu jefe que certifica que estás haciendo prácticas)
6.- Esperas a que fotocopien todo eso
7.- Esperas a que metan los datos de todos los papeles en el ordenador
8.- Esperas a que impriman un montón enorme de papeles, con su correspondiente duplicado
9.- Te entregan dos sobres cerrados con tus códigos pin para el acceso a banca electrónica
10.- Firmas papeles
11.- Te entregan una carpeta con los duplicados de todos los papeles
12.- Te explican cómo funciona todo, cuándo recibes la tarjeta de crédito, en qué bancos puedes sacar dinero sin pagar comisión, que tienes que actualizar todos los meses obligatoriamente (aquí actualizamos la libreta de pascuas a ramos)
13.- Te preguntan si te queda alguna duda
14.- Te acompañan abajo y te desean mucha suerte en tus prácticas y en tu estancia en Berlín
¡¡¡Y sólo en 50 minutos!!!
lunes, 27 de abril de 2009
Viva la convivencia
Pues esto era una becaria que fue a hacer la compra el sábado por la mañana. Entre otras cosas, compró una tableta de chocolate con almendras. El lunes por la tarde, cuando volvió reventada de currar, fue a la nevera a arrancarle un trocito a la inocente tableta cuando, de pronto...
- Coño, ¿dónde está mi chocolate?
- Coño, ¿dónde está mi chocolate?
sábado, 25 de abril de 2009
A todas las alemanas que están "en esos días"
¿No se os ha ocurrido que la vida sería más fácil si en este país los baños tuvieran bidé y los tampones tuvieran aplicador?
miércoles, 22 de abril de 2009
Redecora mi vida
Ayer me compré un rollo de celo y ya he empezado a colgar algunas cosas en las paredes. Por ejemplo:
Pero aún quedan paredes vacías. Cómo ésta:
O ésta:
Y también ésta:
Atenderé gustosamente (por e-mail y sólo de gente conocida) todas las peticiones de mi dirección final y definitiva en Berlín. Mandadme fotos, postales (de Madrid o de Salamanca o León o de donde sea) y cualquier cosa que se os ocurra. Cuando llegue algo nuevo y haya pasado a formar parte de la decoración, colgaré una foto en el blog como agradecimiento.
Pero aún quedan paredes vacías. Cómo ésta:
O ésta:
Y también ésta:
Atenderé gustosamente (por e-mail y sólo de gente conocida) todas las peticiones de mi dirección final y definitiva en Berlín. Mandadme fotos, postales (de Madrid o de Salamanca o León o de donde sea) y cualquier cosa que se os ocurra. Cuando llegue algo nuevo y haya pasado a formar parte de la decoración, colgaré una foto en el blog como agradecimiento.
sábado, 18 de abril de 2009
Necesito un Ikea
Ya estoy instalada. Esta mañana, he ido a casa de la alemana-canadiense a por el resto de mis cosas (la maleta grande, un par de zapatos y la bolsa de la ropa sucia). Era importante que recogiera estas cosas de inmediato ("ab sofort", como dicen por aquí), porque en la mochila sólo me quedaba ropa limpia para un día más. El no tenter casa fija es lo que tiene.
El caso es que he vuelto, me he puesto a colocar cositas en la especie de armario que tengo y me he dado cuenta de que yo sin cajones no sé organizarme. Parecerá una tontería pero es así. El caso es que el otro día, yendo al trabajo, ví un Ikea y me he acordado. Como soy una de esas personas enfermas que todos los años esperan con ansia el catálogo nuevo de Ikea (para luego comprar nada más que dos cosas por temporada), lo he rememorado en busca de cosas que me puedan venir bien.
Y he decidido que necesito: una caja grande, un par de cajas medianas, una papelera, un juego de cama y un par de toallas. Así que nada, una tarde de la semana que viene la pasaré en el Ikea. Y también me voy a comprar una plantita en el supermercado, que cuestan 59 céntimos y alegran mucho.
El caso es que he vuelto, me he puesto a colocar cositas en la especie de armario que tengo y me he dado cuenta de que yo sin cajones no sé organizarme. Parecerá una tontería pero es así. El caso es que el otro día, yendo al trabajo, ví un Ikea y me he acordado. Como soy una de esas personas enfermas que todos los años esperan con ansia el catálogo nuevo de Ikea (para luego comprar nada más que dos cosas por temporada), lo he rememorado en busca de cosas que me puedan venir bien.
Y he decidido que necesito: una caja grande, un par de cajas medianas, una papelera, un juego de cama y un par de toallas. Así que nada, una tarde de la semana que viene la pasaré en el Ikea. Y también me voy a comprar una plantita en el supermercado, que cuestan 59 céntimos y alegran mucho.
viernes, 17 de abril de 2009
Mudanza, pascua griega y segunda mudanza
Lo bueno de trabajar en un hogar multicultural es que respetan las fiestas de guardar de todas las culturas. Por si no fuera poco con haber tenido libre el lunes de pascua, también libro hoy porque es la pascua griega. Mi intención es aprovechar el día para recoger mi maleta (y mi bolsa de la ropa sucia, ya de paso) de casa de la alemana-canadiense, volver a mudarme y hacer algo de turismo (más).
¿Por qué me tengo que volver a mudar? Pues porque el tío del piso al que me iba a mudar me ha encontrado una habitación más barata en casa de una amiga suya. Está en la misma calle, así que me tengo que trasladar poquito. Dice que lo mismo no me gusta porque la habitación es pequeña, que sólo tiene 10 metros cuadrados. Joder, mi habitación de Fuenlabrada tiene como 7 u 8 y nunca me he quejado a mis padres. Claro, la habitación en la que estoy ahora es del tamaño del salón de mi casa antes de añadirle la terraza (acojonante).
Pues nada, ya os contaré qué tal ha ido la mudanza.
¿Por qué me tengo que volver a mudar? Pues porque el tío del piso al que me iba a mudar me ha encontrado una habitación más barata en casa de una amiga suya. Está en la misma calle, así que me tengo que trasladar poquito. Dice que lo mismo no me gusta porque la habitación es pequeña, que sólo tiene 10 metros cuadrados. Joder, mi habitación de Fuenlabrada tiene como 7 u 8 y nunca me he quejado a mis padres. Claro, la habitación en la que estoy ahora es del tamaño del salón de mi casa antes de añadirle la terraza (acojonante).
Pues nada, ya os contaré qué tal ha ido la mudanza.
jueves, 16 de abril de 2009
Primer día de trabajo y ¿mudanza?
A ver si nos vamos haciendo a la idea de que NO estoy en Fuenlabrada, lo que significa que NO tengo acceso ilimitado al ADSL que mi padre paga religiosamente cada mes. Aún así, soy una chica apañada (sí, estoy en el Mac) y he conseguido un rato de internete para publicar esta mierda de post que escribí anoche a las diez menos veinte (me daba vergüenza irme a dormir tan pronto y no tenía ganas de leer).
Mi primer día de trabajo fue… bueno, digamos que fue, porque no sabría decir muy bien cómo fue. No fue mal, si a alguien le sirve de consuelo. Como las fotos del libro que está ahora para publicar no aparecían (que no me extraña, con la de cedeses que había allí), me tocó picar en Excel las direcciones y números de teléfono de 134 familias alemanas, que han tenido el detalle de prestar a sus retoños (ahí, aprovechando el teclado qwerty) para una serie de fotos sobre la Navidad. Afortunadamente, mi jefe quiere maquetar un libro y un catálogo, así que el picar se va a acabar.
Eso sí, ahí se trabaja sin presión. Hicimos tres pausas: la de la comida, otra porque sí y una tercera para brindar en familia con Amaretto para darme la bienvenida. Lo de “en familia” es literal. Ya expliqué que allí están la señora de la limpieza griega (a.k.a “die griechische Putzfrau” en casa de la alemana-canadiense), el padre del jefe, la mujer del jefe y la hermana del jefe. Pues con toda esta gente (más el jefe y la otra becaria) voy a comer todos los días hasta que se me acabe la beca (por Diox, que alguien me visite).
Lo malo es que la conversación durante la comida era en griego, lo que nos dejaba fuera a la mujer del jefe (japonesa), al padre del jefe (alemán y que ya está el pobre para poquitos trotes) y a mí. Espero que mañana coma también con nosotros la otra becaria, que es de Barcelona (y que hoy ha llegado más tarde porque tiene otro trabajo) y así tendré alguien con quien hablar.
¿Y qué más? Pues el tema vivienda se ha solucionado hace más bien poquito. Resulta que he llamado a mi nuevo compañero (conocido como “el psicópata”, “el espía del KGB” o “el repeinao” por aquellos que han visto su foto del perfil de feisbuk) porque hoy me tocaba mudanza y el móvil estaba muerto. Le he mandado un SMS y le he dejado un mensajillo en Internet, con más desesperación que fe en que sirviera para algo y resignada a pasar otra noche en la colchoneta que me presta la alemana-canadiense.
Hace un rato me ha llamado un teléfono fijo de Berlín (tanto picar datos esta mañana ha servido para algo) y resulta que era el tipo éste explicando la muerte de su móvil (weno, no ha muerto del todo) y sugiriendo que me mudara en ese momento. Sí claro, a las 10 de la noche me voy a cruzar Berlín con la maleta a cuestas. Por lo menos me ha preguntado si tenía dónde quedarme (al menos algo de educación le queda) y hemos quedado mañana más o menos a las 19:00, aunque llamaré porque no sé a qué hora salgo de currar.
Y eso es todo. Si para el próximo día no tengo nada que publicar, os contaré la exportación a Alemania de Muchachada Nui, empezando por la frase “las ratas del aire”.
Pd: creo que mi cuarto en casa de la alemana-canadiense está al lado de la maquinaria del ascensor (construido en 1957, según una plaquita en la botonera).
Mi primer día de trabajo fue… bueno, digamos que fue, porque no sabría decir muy bien cómo fue. No fue mal, si a alguien le sirve de consuelo. Como las fotos del libro que está ahora para publicar no aparecían (que no me extraña, con la de cedeses que había allí), me tocó picar en Excel las direcciones y números de teléfono de 134 familias alemanas, que han tenido el detalle de prestar a sus retoños (ahí, aprovechando el teclado qwerty) para una serie de fotos sobre la Navidad. Afortunadamente, mi jefe quiere maquetar un libro y un catálogo, así que el picar se va a acabar.
Eso sí, ahí se trabaja sin presión. Hicimos tres pausas: la de la comida, otra porque sí y una tercera para brindar en familia con Amaretto para darme la bienvenida. Lo de “en familia” es literal. Ya expliqué que allí están la señora de la limpieza griega (a.k.a “die griechische Putzfrau” en casa de la alemana-canadiense), el padre del jefe, la mujer del jefe y la hermana del jefe. Pues con toda esta gente (más el jefe y la otra becaria) voy a comer todos los días hasta que se me acabe la beca (por Diox, que alguien me visite).
Lo malo es que la conversación durante la comida era en griego, lo que nos dejaba fuera a la mujer del jefe (japonesa), al padre del jefe (alemán y que ya está el pobre para poquitos trotes) y a mí. Espero que mañana coma también con nosotros la otra becaria, que es de Barcelona (y que hoy ha llegado más tarde porque tiene otro trabajo) y así tendré alguien con quien hablar.
¿Y qué más? Pues el tema vivienda se ha solucionado hace más bien poquito. Resulta que he llamado a mi nuevo compañero (conocido como “el psicópata”, “el espía del KGB” o “el repeinao” por aquellos que han visto su foto del perfil de feisbuk) porque hoy me tocaba mudanza y el móvil estaba muerto. Le he mandado un SMS y le he dejado un mensajillo en Internet, con más desesperación que fe en que sirviera para algo y resignada a pasar otra noche en la colchoneta que me presta la alemana-canadiense.
Hace un rato me ha llamado un teléfono fijo de Berlín (tanto picar datos esta mañana ha servido para algo) y resulta que era el tipo éste explicando la muerte de su móvil (weno, no ha muerto del todo) y sugiriendo que me mudara en ese momento. Sí claro, a las 10 de la noche me voy a cruzar Berlín con la maleta a cuestas. Por lo menos me ha preguntado si tenía dónde quedarme (al menos algo de educación le queda) y hemos quedado mañana más o menos a las 19:00, aunque llamaré porque no sé a qué hora salgo de currar.
Y eso es todo. Si para el próximo día no tengo nada que publicar, os contaré la exportación a Alemania de Muchachada Nui, empezando por la frase “las ratas del aire”.
Pd: creo que mi cuarto en casa de la alemana-canadiense está al lado de la maquinaria del ascensor (construido en 1957, según una plaquita en la botonera).
martes, 14 de abril de 2009
De turismo
De momento, puedo mimetizarme con los cientos de miles de turistas que hay en esta ciudad, porque lo único que he hecho ha sido visitar lugares turísticos y fotos, muchas fotos. Lo de las fotos es otra historia, porque no encuentro el cable del disco duro externo. No sé si se habrá quedado en Fuenlabrada o su desaparición está relacionada con la del palestino (del cuello, no de Gaza) que salió de Madrid en mi mochila (que me obligaron a facturar) y nunca llegó a Berlín [sí, me han mangado dos palestinos en dos meses].
Y hoy toca más turismo porque el jefe me ha dicho que no empiezo a trabajar hasta ma~ana [sí, sigo en el teclado alemán]. Y además a las 10:00, para no madrugar. Todo esto me lo contó ayer, que me invitó a un café y me mostró las publicaciones que hacen. También conocí a su padre (alemán de pura cepa), a la mujer de la limpieza (griega, y con la que el jefe habla en griego), a su mujer (una pintora japonesa), a su hermana (que toca el violín) y a tres trompetistas venezolanos que estaban allí de visita. La cocina era un poco como la mesa del té de "Alicia en el país de las maravillas": un montón de sillas alrededor, cada una con su correspondiente mantelito individual y su taza. A pesar de todo, he de decir que eran bastante normales.
Luego volví a mi casa de acogida y me uní a una tertulia muy interesante que se habían montado en la terraza, aprovechando el buen tiempo. Los participantes fuimos la alemana-canadiense, una alemana-turca, una cantante colombiana y yo. Después se unió un compa~ero de trabajo de la alemana-canadiense (no tenía nada de canadiense, aparte del trabajo), al que me costó diox y ayuda (sobre todo ayuda) entender.
Y creo que ya está. Ya subiré la foto de la cabeza de alce disecado con la que compartimos la cena canadiense y algunas de las fotos que he recopilado haciendo turismo.
Y hoy toca más turismo porque el jefe me ha dicho que no empiezo a trabajar hasta ma~ana [sí, sigo en el teclado alemán]. Y además a las 10:00, para no madrugar. Todo esto me lo contó ayer, que me invitó a un café y me mostró las publicaciones que hacen. También conocí a su padre (alemán de pura cepa), a la mujer de la limpieza (griega, y con la que el jefe habla en griego), a su mujer (una pintora japonesa), a su hermana (que toca el violín) y a tres trompetistas venezolanos que estaban allí de visita. La cocina era un poco como la mesa del té de "Alicia en el país de las maravillas": un montón de sillas alrededor, cada una con su correspondiente mantelito individual y su taza. A pesar de todo, he de decir que eran bastante normales.
Luego volví a mi casa de acogida y me uní a una tertulia muy interesante que se habían montado en la terraza, aprovechando el buen tiempo. Los participantes fuimos la alemana-canadiense, una alemana-turca, una cantante colombiana y yo. Después se unió un compa~ero de trabajo de la alemana-canadiense (no tenía nada de canadiense, aparte del trabajo), al que me costó diox y ayuda (sobre todo ayuda) entender.
Y creo que ya está. Ya subiré la foto de la cabeza de alce disecado con la que compartimos la cena canadiense y algunas de las fotos que he recopilado haciendo turismo.
domingo, 12 de abril de 2009
Primeras noticias
Como veo que estáis perdiendo la sana costumbre de entrar en el messenger por las noches (ya os vale, que es la primera noche que me conecto desde Berlín y no hay ni cristo), voy a contaros todo por aquí. Perdón de antemano por todas las cosas raras que pueda haber en el texto, que estoy en un teclado alemán y la verdad es que se las trae.
Ahora mismo estoy en casa de una alemana que ha pasado media vida en Canadá y trabaja en la embajada de tan bonito país. Cómo he terminado aquí? Pues todo empezó porque anoche, por conocer gente, fui a cenar con un antiguo compi de la escuela de idiomas, una amiga suya turca de la universidad, su hermano y la alemana-canadiense a un restaurante griego con música en directo. No tengo mucha idea de cómo serán los restaurantes griegos con música en vivo normalmente pero en éste había gente bailando encima de una mesa y los camareros estamparon algún que otro plato contra el suelo para animar el cotarro.
En este entorno tan festivo, decidí salir un rato a la terraza del restaurante, porque después de un viaje de tres horas y todo el día pateando Berlín me necesitaba despejarme. Estuve hablando un rato con el hermano de la turca y la alemana-canadiense, que me estuvieron preguntando sobre mi vida, qué me había llevado a Berlín y esas cosas típicas. Al decir que aún no tenía piso, le di penita a la alemana canadiense, que decidió acogerme.
Nos fuimos de allí e hice uno de mis primeros descubrimientos: en el metro de Berlín hay más gente a las 3 de la madrugada que a las 3 de la tarde. Luego llegué al hostel en el que ya tená una camita esperándome desde por la tarde. La habitación era de ocho personas, con un promedio muy bueno según se mire: seis chicos y dos chicas. Para mi desgracia, la cama estaba sin hacer, por lo que espero que el resto de huéspedes no se despertaran, porque si es así me odiarán de por vida después de la que lié (intentad poner una funda nórdica a oscuras, que es muy divertido). Aún faltaban tres por llegar y dos de ellos lo hicieron de día y hablando en alemán, por lo que espero que mi pelea con la funda nórdica haya caído en el olvido.
Hoy me he despertado a la hora que me ha dado la gana (la mitad de la habitación aún seguía durmiendo), he desayunado, me he trasladado a la "casa de acogida" y he ido a buscar mi maleta y mi portátil a casa del ex-compi de alemán. Hasta media tarde he estado con la alemana-canadiense, que me ha explicado muchas cosas curiosas sobre Berlín, y la tarde la he pasado andando desde Alexanderplatz hasta donde fuera (que ha resultado ser la puerta de Brandenburgo y el Parlamento) y vuelta y haciendo fotitos (que va siendo hora de cambiar la foto de la semana).
Dentro de un rato, cuando tenga ganas de dormir, me iré a esta camita:
Ahora mismo estoy en casa de una alemana que ha pasado media vida en Canadá y trabaja en la embajada de tan bonito país. Cómo he terminado aquí? Pues todo empezó porque anoche, por conocer gente, fui a cenar con un antiguo compi de la escuela de idiomas, una amiga suya turca de la universidad, su hermano y la alemana-canadiense a un restaurante griego con música en directo. No tengo mucha idea de cómo serán los restaurantes griegos con música en vivo normalmente pero en éste había gente bailando encima de una mesa y los camareros estamparon algún que otro plato contra el suelo para animar el cotarro.
En este entorno tan festivo, decidí salir un rato a la terraza del restaurante, porque después de un viaje de tres horas y todo el día pateando Berlín me necesitaba despejarme. Estuve hablando un rato con el hermano de la turca y la alemana-canadiense, que me estuvieron preguntando sobre mi vida, qué me había llevado a Berlín y esas cosas típicas. Al decir que aún no tenía piso, le di penita a la alemana canadiense, que decidió acogerme.
Nos fuimos de allí e hice uno de mis primeros descubrimientos: en el metro de Berlín hay más gente a las 3 de la madrugada que a las 3 de la tarde. Luego llegué al hostel en el que ya tená una camita esperándome desde por la tarde. La habitación era de ocho personas, con un promedio muy bueno según se mire: seis chicos y dos chicas. Para mi desgracia, la cama estaba sin hacer, por lo que espero que el resto de huéspedes no se despertaran, porque si es así me odiarán de por vida después de la que lié (intentad poner una funda nórdica a oscuras, que es muy divertido). Aún faltaban tres por llegar y dos de ellos lo hicieron de día y hablando en alemán, por lo que espero que mi pelea con la funda nórdica haya caído en el olvido.
Hoy me he despertado a la hora que me ha dado la gana (la mitad de la habitación aún seguía durmiendo), he desayunado, me he trasladado a la "casa de acogida" y he ido a buscar mi maleta y mi portátil a casa del ex-compi de alemán. Hasta media tarde he estado con la alemana-canadiense, que me ha explicado muchas cosas curiosas sobre Berlín, y la tarde la he pasado andando desde Alexanderplatz hasta donde fuera (que ha resultado ser la puerta de Brandenburgo y el Parlamento) y vuelta y haciendo fotitos (que va siendo hora de cambiar la foto de la semana).
Dentro de un rato, cuando tenga ganas de dormir, me iré a esta camita:
jueves, 9 de abril de 2009
Buenas noticias
Y además en alemán. Que, por cierto, yo no sé para qué me molesto en escribir un e-mail correctísimo (ortográfica y gramaticalmente), si luego en la respuesta las únicas mayúsculas estaban en el "Hallo Laura!" del comienzo.
En fin, que nos desviamos del tema principal. Las buenas noticias son sobre la habitación en la que voy a vivir. Tengo la dirección del piso, el teléfono de mi futuro compañero (futuro inmediato) y algún dato más de interés. Mandaré un mail para preguntar más, porque me han surgido interrogantes y yo soy muy preguntona (deformación profesional). Pero eso mañana, que no son horas de pensar en alemán (ni con el diccionario gordo al lado).
De momento, tengo un nuevo amigo en Facebook y no voy a tener que dormir en un parque.
En fin, que nos desviamos del tema principal. Las buenas noticias son sobre la habitación en la que voy a vivir. Tengo la dirección del piso, el teléfono de mi futuro compañero (futuro inmediato) y algún dato más de interés. Mandaré un mail para preguntar más, porque me han surgido interrogantes y yo soy muy preguntona (deformación profesional). Pero eso mañana, que no son horas de pensar en alemán (ni con el diccionario gordo al lado).
De momento, tengo un nuevo amigo en Facebook y no voy a tener que dormir en un parque.
miércoles, 8 de abril de 2009
De los nervios
Aquí estoy, tomándome una megataza hell's tea (rooibos habanero), que no tiene teína. A ver si me relajo un poquito, que no me vendría mal. Según van pasando los días, el caos aumenta. Yo creo que ya he pasado por todas las fases existentes entre la indiferencia ("me voy a Berlín; pues vale") hasta el principio de úlcera de estómago ("¡¡¡joder, que los del piso no contestan y además la mochila que pensaba llevarme excede las medidas de equipaje de mano por 3cm!!!")
Ayer estaba hablando con un amigo y me preguntó si estaba nerviosa. La respuesta más acertada que le pude dar fue "a veces". Normalmente, esto es lo que contesto cuando una pregunta me pilla desprevenida (sea una respuesta válida o no) pero esta vez iba totalmente en serio. Algunos días me levantaba nerviosa (a saber qué soñaré también) y al rato se me pasaba y hacía mi vida normal (de papelos y recados, que es lo normal desde hace unas semanas). Pero el martes fue un continuo.
Claro, que a lo mejor tuvo algo que ver el haberme acostado tarde la noche anterior (maldito Munchkin), la panzada de transbordos que me he pegado por la mañana (metrosur, cercanías, L1, L6 y L9 y al revés a la vuelta), que el señor del piso siga sin contestar (le daremos un margen porque ayer me dijo por teléfono que estaba enfermo) y que todo el mundo utilice como frase recurrente "uy, si no te queda nada".
Por ahora, aguantaremos la espera a golpe de rooibos habanero.
Ayer estaba hablando con un amigo y me preguntó si estaba nerviosa. La respuesta más acertada que le pude dar fue "a veces". Normalmente, esto es lo que contesto cuando una pregunta me pilla desprevenida (sea una respuesta válida o no) pero esta vez iba totalmente en serio. Algunos días me levantaba nerviosa (a saber qué soñaré también) y al rato se me pasaba y hacía mi vida normal (de papelos y recados, que es lo normal desde hace unas semanas). Pero el martes fue un continuo.
Claro, que a lo mejor tuvo algo que ver el haberme acostado tarde la noche anterior (maldito Munchkin), la panzada de transbordos que me he pegado por la mañana (metrosur, cercanías, L1, L6 y L9 y al revés a la vuelta), que el señor del piso siga sin contestar (le daremos un margen porque ayer me dijo por teléfono que estaba enfermo) y que todo el mundo utilice como frase recurrente "uy, si no te queda nada".
Por ahora, aguantaremos la espera a golpe de rooibos habanero.
martes, 7 de abril de 2009
El ajuar
¿Quién ha dicho que hay que casarse para que tu madre te regale un juego de toallas?
Bueno, éste es un juego de toallas single, porque sólo trae lo básico. Y forma parte de las compras que he tenido que hacer esta mañana (por narices, porque mira que odio ir de compras). Dada la perenne obsesión de toda madre por la ropa interior ("cámbiate de muda, no sea que te pase algo"), me ha tocado ir esta mañana a comprar gran cantidad de bragas y calcetines. Y, ya que estábamos, una cazadora, un pañuelo para el cuello ("que en Berlín no sabes qué tiempo hará, hija") y las ya mencionadas toallas.
Según mi madre, en algún momento tendré que agenciarme otro juego de toallas, más dos juegos de sábanas. Ahí es ná. Yo no pongo el duda la utilidad (porque está claro que las sábanas y las toallas son necesarias para vivir), lo que no comprendo es por qué tengo que llevarlo en la maleta, obligándome a dejar aquí otras cosas más útiles o prácticas.
Eso sí, también me he comprado un minidiccionario español-alemán / alemán-español (para llevarlo a todas partes) y me he autorregalado el Munchkin.
Bueno, éste es un juego de toallas single, porque sólo trae lo básico. Y forma parte de las compras que he tenido que hacer esta mañana (por narices, porque mira que odio ir de compras). Dada la perenne obsesión de toda madre por la ropa interior ("cámbiate de muda, no sea que te pase algo"), me ha tocado ir esta mañana a comprar gran cantidad de bragas y calcetines. Y, ya que estábamos, una cazadora, un pañuelo para el cuello ("que en Berlín no sabes qué tiempo hará, hija") y las ya mencionadas toallas.
Según mi madre, en algún momento tendré que agenciarme otro juego de toallas, más dos juegos de sábanas. Ahí es ná. Yo no pongo el duda la utilidad (porque está claro que las sábanas y las toallas son necesarias para vivir), lo que no comprendo es por qué tengo que llevarlo en la maleta, obligándome a dejar aquí otras cosas más útiles o prácticas.
Eso sí, también me he comprado un minidiccionario español-alemán / alemán-español (para llevarlo a todas partes) y me he autorregalado el Munchkin.
lunes, 6 de abril de 2009
Previa
Pues sí, como en el fútbol o en la F1, que desde el lunes te hinchan a previos del partido/carrera del domingo. Cómo no sé por dónde empezar, me presentaré y contaré cómo he llegado hasta aquí.
En septiembre de 2008, a la tierna edad de 22 añitos (y a pocos días de cumplir los 23) presenté mi proyecto final de carrera, el último trámite para que la Universidad Carlos III de Madrid me diera las dos carreras que empecé 5 años antes. Lo de las dos carreras impresiona mucho de entrada, pero si digo que son Periodismo y Comunicación Audiovisual (dos de las cosas más inútiles del catálogo de titulaciones) pierdo prestigio. Mientras tanto, me dio por pasar las tardes nadando (que no sirve para nada en el curriculum) y aprendiendo alemán (que queda bastante bien en un curriculum).
Con estos antecedentes, decidí pedir una beca Leonardo y me preseleccionaron dos veces (una para trabajar en Austria y otra para trabajar en Alemania) pero no pasé a la fase de selección. Hasta que hace un par de semanas, de pronto, recibo una llamada de un número privado. Lo cogí y me encontré con un señor que hablaba inglés con cierto acento centroeuropeo. Resultó ser una llamada de Berlín, de la segunda preselección, que necesitaba a otro becario y ya tenían mi curriculum del proceso anterior.
Tras dos semanas de llamadas, papeleos (que, por vuestro propio bien, os voy a ahorrar), quebraderos de cabeza, mentiras ("no, mamá, no pienso quedarme en Berlín cuando se me termine la beca"), despedidas express y gestiones varias, tengo fecha para irme: el 11 de abril. Y también para empezar a trabajar: el 13 de abril. Y para entrar a vivir en un piso: el 15 de abril (que eso será si consigo ponerme en contacto con el que me va a alquilar la habitación). Y aquí seguimos, contando el tiempo que falta, programando las últimas despedidas (que a estas alturas ya no sé quién falta y quién no), haciendo la maleta y buscando mapas de Berlín. A ver en qué termina todo esto.
En septiembre de 2008, a la tierna edad de 22 añitos (y a pocos días de cumplir los 23) presenté mi proyecto final de carrera, el último trámite para que la Universidad Carlos III de Madrid me diera las dos carreras que empecé 5 años antes. Lo de las dos carreras impresiona mucho de entrada, pero si digo que son Periodismo y Comunicación Audiovisual (dos de las cosas más inútiles del catálogo de titulaciones) pierdo prestigio. Mientras tanto, me dio por pasar las tardes nadando (que no sirve para nada en el curriculum) y aprendiendo alemán (que queda bastante bien en un curriculum).
Con estos antecedentes, decidí pedir una beca Leonardo y me preseleccionaron dos veces (una para trabajar en Austria y otra para trabajar en Alemania) pero no pasé a la fase de selección. Hasta que hace un par de semanas, de pronto, recibo una llamada de un número privado. Lo cogí y me encontré con un señor que hablaba inglés con cierto acento centroeuropeo. Resultó ser una llamada de Berlín, de la segunda preselección, que necesitaba a otro becario y ya tenían mi curriculum del proceso anterior.
Tras dos semanas de llamadas, papeleos (que, por vuestro propio bien, os voy a ahorrar), quebraderos de cabeza, mentiras ("no, mamá, no pienso quedarme en Berlín cuando se me termine la beca"), despedidas express y gestiones varias, tengo fecha para irme: el 11 de abril. Y también para empezar a trabajar: el 13 de abril. Y para entrar a vivir en un piso: el 15 de abril (que eso será si consigo ponerme en contacto con el que me va a alquilar la habitación). Y aquí seguimos, contando el tiempo que falta, programando las últimas despedidas (que a estas alturas ya no sé quién falta y quién no), haciendo la maleta y buscando mapas de Berlín. A ver en qué termina todo esto.
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