Pues porque estaba en otro sitio, señores. Mi vecina vuelve a Sevilla y tenía ganas de ir de excursión al Reichstag (el parlamento), así que cargué la cámara, me calcé las deportivas y para allá que nos fuimos.
El viaje en transporte público fue muy divertido. Primero, se me sentó al lado en el metro un señor borracho que iba hablando por teléfono a voces. No sé qué le estarían contando pero estalló en carcajadas, a la vez que me soltó en el brazo una hostia de las que hacen época. Aún así, he de decir que mi vecina y los dos chavales que iban enfrente casi más que yo. Después nos equivocamos de dirección, aún cogiendo la misma línea que usamos todos los días para ir a nuestros respectivos trabajos.
Viendo la hora que era, decidimos que lo mejor sería entrar en el último turno, porque hay menos gente. Esto es, a las 10 de la noche. Bueno, más que una decisión, ya era la única opción posible. Nos sorprendimos al ver que no había más españoles por allí y luego caimos en lo del partido. Eso sí, en vez de españoles nos encontramos con un encantador grupo de adolescentes. Más de uno se merecía una colleja pero no es muy inteligente agredir a menores en un país que no es el tuyo. Y no digamos si además con 13 años te sacan una cabeza.
Una vez arriba, rodeadas de 'teenagers' y con más frío que vergüenza, nos dispersamos en busca de fotos de Berlín de noche (ya las subiré a Flickr y a las redes sociales correspondientes, no me sufráis). Hasta que se me antojó hacerme una foto sentada en el suelo con la cúpula detrás. De pronto, me doy cuenta de que hay demasiada gente pendiente de nosotras.
A una señal de la sevillana me doy la vuelta y me encuentro a un visitante más del parlamento, armado con una cámara de las buenas, enfocándome. Qué quieres que te diga pero si me siento vigilada no puedo salir natural en las fotos. A saber lo que saldría finalmente. Creo que en el ecuadre estábamos yo y una bandera alemana.
Y esta es la razón por la que esta noche voy a poner el telediario en la web de TVE para ver el gol de Iniesta.
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Yo aún no he visto el gol, pero me acabas de dar una idea, mira tú por dónde...
ResponderEliminarA mí el señor borracho (supongo que no sería el mismo, pero igual es un personaje típico) se me sentó al lado en un autobús en Cork. Entre el moco que llevaba y los bandazos que daba el bus (carretera irlandesa = caca) el que se metió la hostia fue él, que se deslizó varios metros con la cara pegada al suelo del bus. Y yo sin mi cámara...
(¿Tú crees que me creo cool por publicar dos entradas que destilan cabreo por los cuatro costados dos días seguidos? Es mera catarsis!)
Creo que sí, que las redes de transporte público de todas las ciudades tienen uno en nómina (o varios, dependiendo del número de habitantes de la ciudad en cuestión).
ResponderEliminarYo no lo vi, pero mis vecinos culés de abajo casi me tiran la casa, no quiero pensar en los que vivan debajo, les compadezco.
ResponderEliminarTODO MENTIRA, NO LO VISTE XQ ERES DEL MADRIZ
ResponderEliminar@Mamen: de 66 vecinos que tienes, seguro que los hay hasta del Albacete.
ResponderEliminar@Hominicaco: ¿y como soy del Madrid tengo vetado el derecho a ver el resto de partidos?
Actualización al comentario del señor borracho: efectivamente, Berlín tiene más de un señor borracho en nómina. Concretamente son dos, uno en la red de U-Bahn y otro en la de S-Bahn.
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