viernes, 15 de mayo de 2009

Historias de aeropuertos

¿Es una bomba? ¿Es un arma química? No, es un cargador

Siempre me suele pasar algo en los aeropuertos. No sé cómo me las apaño pero cada vuelo es una aventura. En Barajas me desapareció el palestino, el año pasado me preguntaron si era menor de edad al pasar el control (concretamente, me echaron 14 años) y hoy me han destripado la mochila.

Aparentemente, el control en Schönefeld ha empezado bien. Eran poco más de las seis de la mañana. La primera señora que me he encontrado ha formulado instrucciones concretas y precisas en un alemán correcto, claro y con la velocidad necesaria para que mi cerebro dormido lo asimilara, porque se me notaba la hora en la cara. Le he hecho caso y he metido mis pertenencias en una bandeja para que fueran escaneadas.

Aquí han llegado los problemas. Un segundo señor me ha dicho algo muy largo que, dado que estaba medio dormida, no he entendido, por lo que he hecho lo que me ha parecido. "Nein, nein". Ah, que no era eso ¡si es que no son horas! Luego he comprendido que quería que abriera la mochila. Entonces, ha empezado a sacar cosas.

- ¿Esto?
- Chocolate
- ¿?
- Para mi padre. Es un regalo
- ¿Esto?
- Pues esto es...
- Ah, es un disco duro ¿no?
- Sí es un disco duro
- ¿Y ésto?
- Para el móvil
- Anda, si también tiene para el iPod
- Sí, también tiene para el iPod

Luego vuelve a pasar mis cosas por el escáner (esta vez fuera de la mochila). Ahora es la compañera la que se extraña.

- ¿Y esto?
- Es un cargador. Mira, también tiene para el iPod

Pues nada, señor, visto que le ha fascinado lo de poder cargar el móvil y el iPod a la vez, le diré cómo se llama el trasto para que lo busque en el Media Markt.

5 comentarios:

  1. Los guardias del aeropuerto tienen fascinación en general por casi todo. A mí me abrieron el estuche de los bolis y estuvieron a punto de quitarme la estilográfica (una Montblanc que tengo desde hace casi 10 años) por considerarla un objeto punzante. Encima va a rosca y el tío le quitó el capuchón tirando. Creo que intercambiamos miradas hostiles durante un cuarto de hora mínimo.

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  2. Yo creo que querían tu estilográfica porque tenían un cumpleaños y no les daba tiempo a comprar un regalo (una Mont Blanc siempre es un buen regalo).

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  3. Yo también creo que los guardias tienen fascinación por casi todo. En mi caso, se quedaron comentando lo divertidos que eran mis calcetines... Y oye, al menos no intentan ligar contigo (ya me ha pasado varias veces, en España y en Frankfurt...)

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  4. Pues viendo cómo son los guardias de aeropuerto (los que yo me he encontrado, por lo menos), casi mejor que no te digan nada.

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