Que a mí me pasan cosas raras es un hecho. Por ejemplo, vamos a repasar qué me ha ocurrido hoy. Y todo ello sin apenas salir de casa, que tiene más mérito:
- He empezado la mañana con una discusión sobre impuestos en la Unión Europea. No está mal, si no fuera porque el tema principal de la conversación era el fútbol (en español y por Facebook, no desvariemos, que un B2 no da para tanto).
- Una horda de niños alemanes ha invadido las calles de mi barrio con vete tú a saber qué fin. Luego se han mezclado con unos señores que pedían firmas en representación de los verdes.
- Me he encontrado un payaso en el centro comercial.
- He recibido por email 24 fotografías de una despedida de soltera.
- Me han mandado una teta por correo postal (una foto, no una teta sólida).
- Mi compañero de tandem ha dejado un comentario en mi Facebook echándole un piropo a mi plantita.
Y aún queda media hora para terminar el día.
jueves, 28 de mayo de 2009
miércoles, 27 de mayo de 2009
¡Correo! (vol. IV)
Anonadada me hayo con el poder de convocatoria que tengo últimamente. Sólo he necesitado 23 años y medio y emigrar a otro país para que la gente me haga caso. No está mal, ya es más de lo que muchos consiguen en su vida.
Pero vayamos al tema que nos importa. Está vez paso de poner el sobre como prueba documental, que todos sabemos cómo son los sobres y los sellos de España. La remitente no es otra que Hell's Tea, que además tuvo los santos cojones de poner Hell's Tea como remitente. Me reí mucho cuando lo vi, fue un detalle chulo.
La postal en cuestión (la que pone MARVEL):
El texto de la postal también me ha gustado, sobre todo la parte de "Como no encontraba la postal perfecta me decidí por el modo HOMEMADE..." y la de "Tiene su puntillo ser la inversa de Hulk!".
Pero vayamos al tema que nos importa. Está vez paso de poner el sobre como prueba documental, que todos sabemos cómo son los sobres y los sellos de España. La remitente no es otra que Hell's Tea, que además tuvo los santos cojones de poner Hell's Tea como remitente. Me reí mucho cuando lo vi, fue un detalle chulo.
La postal en cuestión (la que pone MARVEL):
Aquí vemos a la señora Hell's Tea metiendo mano a Hulk, uno de sus amores platónicos. El momento fue inmortalizado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Qué quieres que te diga, a mí me mola más Lobezno.
El texto de la postal también me ha gustado, sobre todo la parte de "Como no encontraba la postal perfecta me decidí por el modo HOMEMADE..." y la de "Tiene su puntillo ser la inversa de Hulk!".
martes, 26 de mayo de 2009
Tandem
Aparte de una bicicleta para dos, Tandem es un programa de intercambio de conversación muy interesante que encontré en una de las universidades de Berlín. Bueno, no lo encontré, me lo contaron y me pasaron la dirección de la web.
El caso es que me apunté. Y cinco horas después me asignaron una compañera. Estupendo. Además estudia filología alemana, así que voy a aprender un alemán correctísimo (espero). La tía estaba entusiasmada: que si podemos quedar todos los días, que si podemos hacer deporte juntas...
Ahí ya me pareció rara, porque lo de quedar todos los días... como que no, que una tiene que poner la lavadora, hacer la compra, vivir al margen del trabajo y esas cosas que hacemos las personas por las tardes. Lo de hacer deporte... en fin, digamos que hace un mes que encontré una piscina y aún no la he visto por dentro (lo sé, soy muy dejada).
Luego se le bajó el subidón que le entró al principio, después de la emoción de tener compañera de tandem. Empezó a cancelar las quedadas y el último e-mail no me lo ha devuelto. Pues nada, hija, ahí te quedas. Hace tres semanas que me asignaron compañera y aún no la conozco, esto no es normal.
La verdad es que me resultó extraño desde el principio. Así que, viendo que esto no iba a ninguna parte, me busqué otro compañero. A las tres horas (esta vez fueron más eficientes) recibí por mail los datos de mi nuevo compi. Éste sí es de fiar.
El caso es que me apunté. Y cinco horas después me asignaron una compañera. Estupendo. Además estudia filología alemana, así que voy a aprender un alemán correctísimo (espero). La tía estaba entusiasmada: que si podemos quedar todos los días, que si podemos hacer deporte juntas...
Ahí ya me pareció rara, porque lo de quedar todos los días... como que no, que una tiene que poner la lavadora, hacer la compra, vivir al margen del trabajo y esas cosas que hacemos las personas por las tardes. Lo de hacer deporte... en fin, digamos que hace un mes que encontré una piscina y aún no la he visto por dentro (lo sé, soy muy dejada).
Luego se le bajó el subidón que le entró al principio, después de la emoción de tener compañera de tandem. Empezó a cancelar las quedadas y el último e-mail no me lo ha devuelto. Pues nada, hija, ahí te quedas. Hace tres semanas que me asignaron compañera y aún no la conozco, esto no es normal.
La verdad es que me resultó extraño desde el principio. Así que, viendo que esto no iba a ninguna parte, me busqué otro compañero. A las tres horas (esta vez fueron más eficientes) recibí por mail los datos de mi nuevo compi. Éste sí es de fiar.
viernes, 22 de mayo de 2009
¡Correo! (vol. III)
Ésta vez voy con algo de retraso, porque la carta llegó antesdeayer. El sobre es muy chulo y es lo que me manda para colgar. Así es como llegaron Paul y Selu, los agapornis de Melisa.
Los he colgado al lado del escritorio, cerquita de la invitación de Patri.
En esta casa tienen que estar flipando con la cantidad de correspondencia que recibo. Así que ya sabéis: ¡que no decaiga!
Los he colgado al lado del escritorio, cerquita de la invitación de Patri.
En esta casa tienen que estar flipando con la cantidad de correspondencia que recibo. Así que ya sabéis: ¡que no decaiga!
martes, 19 de mayo de 2009
Hoy puedo decir...
... que para que un mulato con rastas te traiga un batido no hace falta estar en una playa paradisiaca.
(el mulato es mi nuevo hermanito, malpensados)
(el mulato es mi nuevo hermanito, malpensados)
lunes, 18 de mayo de 2009
¡Correo! (vol. II)
Hoy iba a hablar de mi viaje low cost sin incidentes pero lo que he encontrado al llegar a casa (aparte de mi bote de gel de baño abierto y a la dueña del piso llorando) tiene más derecho a post.
Esta vez, el sobre era bien grande.
La persona que me manda el regalito es María. Me ha hecho mucha ilusión recibir ese estupendo y maravilloso collage que tuvimos que hacer en la escuela de idiomas. Tanto me ha gustado, que lo he colgado al lado de mi cama, para verlo bien.
Además, traía dedicatorias.
El detalle se compensará con un regalito el día del examen de alemán.
Esta vez, el sobre era bien grande.
La persona que me manda el regalito es María. Me ha hecho mucha ilusión recibir ese estupendo y maravilloso collage que tuvimos que hacer en la escuela de idiomas. Tanto me ha gustado, que lo he colgado al lado de mi cama, para verlo bien.
Además, traía dedicatorias.
El detalle se compensará con un regalito el día del examen de alemán.
viernes, 15 de mayo de 2009
Historias de aeropuertos
¿Es una bomba? ¿Es un arma química? No, es un cargador
Siempre me suele pasar algo en los aeropuertos. No sé cómo me las apaño pero cada vuelo es una aventura. En Barajas me desapareció el palestino, el año pasado me preguntaron si era menor de edad al pasar el control (concretamente, me echaron 14 años) y hoy me han destripado la mochila.
Aparentemente, el control en Schönefeld ha empezado bien. Eran poco más de las seis de la mañana. La primera señora que me he encontrado ha formulado instrucciones concretas y precisas en un alemán correcto, claro y con la velocidad necesaria para que mi cerebro dormido lo asimilara, porque se me notaba la hora en la cara. Le he hecho caso y he metido mis pertenencias en una bandeja para que fueran escaneadas.
Aquí han llegado los problemas. Un segundo señor me ha dicho algo muy largo que, dado que estaba medio dormida, no he entendido, por lo que he hecho lo que me ha parecido. "Nein, nein". Ah, que no era eso ¡si es que no son horas! Luego he comprendido que quería que abriera la mochila. Entonces, ha empezado a sacar cosas.
- ¿Esto?
- Chocolate
- ¿?
- Para mi padre. Es un regalo
- ¿Esto?
- Pues esto es...
- Ah, es un disco duro ¿no?
- Sí es un disco duro
- ¿Y ésto?
- Para el móvil
- Anda, si también tiene para el iPod
- Sí, también tiene para el iPod
Luego vuelve a pasar mis cosas por el escáner (esta vez fuera de la mochila). Ahora es la compañera la que se extraña.
- ¿Y esto?
- Es un cargador. Mira, también tiene para el iPod
Pues nada, señor, visto que le ha fascinado lo de poder cargar el móvil y el iPod a la vez, le diré cómo se llama el trasto para que lo busque en el Media Markt.
Siempre me suele pasar algo en los aeropuertos. No sé cómo me las apaño pero cada vuelo es una aventura. En Barajas me desapareció el palestino, el año pasado me preguntaron si era menor de edad al pasar el control (concretamente, me echaron 14 años) y hoy me han destripado la mochila.
Aparentemente, el control en Schönefeld ha empezado bien. Eran poco más de las seis de la mañana. La primera señora que me he encontrado ha formulado instrucciones concretas y precisas en un alemán correcto, claro y con la velocidad necesaria para que mi cerebro dormido lo asimilara, porque se me notaba la hora en la cara. Le he hecho caso y he metido mis pertenencias en una bandeja para que fueran escaneadas.
Aquí han llegado los problemas. Un segundo señor me ha dicho algo muy largo que, dado que estaba medio dormida, no he entendido, por lo que he hecho lo que me ha parecido. "Nein, nein". Ah, que no era eso ¡si es que no son horas! Luego he comprendido que quería que abriera la mochila. Entonces, ha empezado a sacar cosas.
- ¿Esto?
- Chocolate
- ¿?
- Para mi padre. Es un regalo
- ¿Esto?
- Pues esto es...
- Ah, es un disco duro ¿no?
- Sí es un disco duro
- ¿Y ésto?
- Para el móvil
- Anda, si también tiene para el iPod
- Sí, también tiene para el iPod
Luego vuelve a pasar mis cosas por el escáner (esta vez fuera de la mochila). Ahora es la compañera la que se extraña.
- ¿Y esto?
- Es un cargador. Mira, también tiene para el iPod
Pues nada, señor, visto que le ha fascinado lo de poder cargar el móvil y el iPod a la vez, le diré cómo se llama el trasto para que lo busque en el Media Markt.
jueves, 14 de mayo de 2009
Haciendo la maleta (pero poco)
Lo que viene siendo para cuatro días (viernes, sábado, domingo y lunes). Tampoco tengo que llevar mucho, porque uno de esos cuatro días es de boda (con la pereza que me dan a mí las bodas).
Como soy un desastre de persona y siempre lo dejo todo para el último momento, aún no tengo nada preparado. Todavía me falta decidir qué me voy a llevar, qué me voy a traer (ya aprovecho), imprimir las tarjetas de embarque, comprar los encargos que me ha hecho mi padre, comprar el abono transporte para que no me pongan una multa nada más volver a Berlín...
Y una vez allí... otra vez enfrentarse a la burocracia española (bieeeeeeen). Esta vez me toca la Junta Electoral. Resulta que (una vez más) he sido nombrada presidenta de mesa en las elecciones al Parlamento Europeo y, si no me presento en mi mesa el día D sin haber justificado documentalmente que vivo en otro país, pueden venir a por mí y enchironarme entre 14 y 30 días. Entonces tendría que crear otro blog que se llamara "Becaria en la cárcel" y me da muchísima pereza mantener otro blog más. Ah, y también tendré que votar por correo, que soy una ciudadana responsable.
Como siempre, si no hago las cosas tarde y mal, no estoy a gusto.
Como soy un desastre de persona y siempre lo dejo todo para el último momento, aún no tengo nada preparado. Todavía me falta decidir qué me voy a llevar, qué me voy a traer (ya aprovecho), imprimir las tarjetas de embarque, comprar los encargos que me ha hecho mi padre, comprar el abono transporte para que no me pongan una multa nada más volver a Berlín...
Y una vez allí... otra vez enfrentarse a la burocracia española (bieeeeeeen). Esta vez me toca la Junta Electoral. Resulta que (una vez más) he sido nombrada presidenta de mesa en las elecciones al Parlamento Europeo y, si no me presento en mi mesa el día D sin haber justificado documentalmente que vivo en otro país, pueden venir a por mí y enchironarme entre 14 y 30 días. Entonces tendría que crear otro blog que se llamara "Becaria en la cárcel" y me da muchísima pereza mantener otro blog más. Ah, y también tendré que votar por correo, que soy una ciudadana responsable.
Como siempre, si no hago las cosas tarde y mal, no estoy a gusto.
martes, 12 de mayo de 2009
Un mes en Berlín
Ayer mismo cumplí un mes en Berlín. La verdad es que se me ha pasado volando pero, si hago memoria, me ha dado tiempo a hacer un montón de cosas. Por ejemplo:
- Salir a sitios tan curiosos como un restaurante griego con música en directo y camareros rompiendo platos o una pizzería canadiense con una cabeza de alce disecado colgada en la pared
- Visitar el checkpoint, la puerta de Brandenburgo, la Isla de los Museos y otras muchas cosas de interés turístico [no, el muro todavía no, pero ya libraré e iré a verlo]
- Hacerme un tour por la ciudad (y conocer allí a mi vecina, que además es española)
- Visitar la cúpula del Reichstag con un grupo de adolescentes
- Hacerle fotos a la policía en el primero de mayo
- Descubrir que puedes comprar cualquier cosa de segunda mano en el Flohmarkt, incluso unas botas de plataforma de la talla 43
- Tirarme en el césped de Engelbecken a mirar cómo nadan los patos (y que al cuarto de hora se ponga a llover ¬¬)
- Descubrir que en Berlín también existe el vecino que se pone a taladrar paredes los fines de semana por la mañana (¿tendrá genes españoles?)
- Explicar en alemán cómo se quita una mancha de vino de una camisa
- Poner cuatro lavadoras y descubrir habilidades ocultas relacionadas con las tareas domésticas
- Aprender palabras nuevas que creo que no volveré a utilizar en la vida (como centrifugar)
Pero qué os voy a contar que no se sepa, con la paliza que os estoy dando vía blog y Facebook.
- Salir a sitios tan curiosos como un restaurante griego con música en directo y camareros rompiendo platos o una pizzería canadiense con una cabeza de alce disecado colgada en la pared
- Visitar el checkpoint, la puerta de Brandenburgo, la Isla de los Museos y otras muchas cosas de interés turístico [no, el muro todavía no, pero ya libraré e iré a verlo]
- Hacerme un tour por la ciudad (y conocer allí a mi vecina, que además es española)
- Visitar la cúpula del Reichstag con un grupo de adolescentes
- Hacerle fotos a la policía en el primero de mayo
- Descubrir que puedes comprar cualquier cosa de segunda mano en el Flohmarkt, incluso unas botas de plataforma de la talla 43
- Tirarme en el césped de Engelbecken a mirar cómo nadan los patos (y que al cuarto de hora se ponga a llover ¬¬)
- Descubrir que en Berlín también existe el vecino que se pone a taladrar paredes los fines de semana por la mañana (¿tendrá genes españoles?)
- Explicar en alemán cómo se quita una mancha de vino de una camisa
- Poner cuatro lavadoras y descubrir habilidades ocultas relacionadas con las tareas domésticas
- Aprender palabras nuevas que creo que no volveré a utilizar en la vida (como centrifugar)
Pero qué os voy a contar que no se sepa, con la paliza que os estoy dando vía blog y Facebook.
domingo, 10 de mayo de 2009
Mi hermano
- ¿Tú no eras hija única?
- Y lo sigo siendo, lo que pasa es que quería hablar de mi "familia" alemana
Pues resulta que ahora tengo un hermano pequeño. Y además es negro y con rastas. Claro, es lo que pasa cuando tu hermano y tú sois de padres y madres diferentes, que os parecéis lo mismo que un huevo y una castaña.
No me he enterado muy bien de cómo se llama ni tampoco sé qué edad tiene. Le calculo como unos 9-10 años, por la altura y por los libros del cole que he visto por casa. Juega al basket y es de los equipos berlineses de fútbol y baloncesto (Hertha y Alba, respectivamente). También le gusta Bob Marley y supongo que sus gustos musicales tendrán algo que ver con las rastas.
¿Y por qué este niño que me roba chocolate es mi hermano? Primero, porque vivimos en la misma casa. Segundo, porque el otro día llegó a casa y vino a llamar a mi puerta para ver si estaba. Luego tampoco es que me dé mucha conversación pero de vez en cuando tiene detalles conmigo (otro día me dio un cuenco de natillas).
Y ahora, la solución a la pregunta que alguno se habrá planteado: ¿por qué mi hermano es negro, si vivo en un país en el que los niños parecen lavados con lejía? Pues porque su madre decidió, en algún momento de su vida, que quería un marido exótico. Luego decidió que ya no quería un marido exótico pero que el niño se lo quedaba, pero eso es otra historia.
Ah, y además duerme con redecilla.
- Y lo sigo siendo, lo que pasa es que quería hablar de mi "familia" alemana
Pues resulta que ahora tengo un hermano pequeño. Y además es negro y con rastas. Claro, es lo que pasa cuando tu hermano y tú sois de padres y madres diferentes, que os parecéis lo mismo que un huevo y una castaña.
No me he enterado muy bien de cómo se llama ni tampoco sé qué edad tiene. Le calculo como unos 9-10 años, por la altura y por los libros del cole que he visto por casa. Juega al basket y es de los equipos berlineses de fútbol y baloncesto (Hertha y Alba, respectivamente). También le gusta Bob Marley y supongo que sus gustos musicales tendrán algo que ver con las rastas.
¿Y por qué este niño que me roba chocolate es mi hermano? Primero, porque vivimos en la misma casa. Segundo, porque el otro día llegó a casa y vino a llamar a mi puerta para ver si estaba. Luego tampoco es que me dé mucha conversación pero de vez en cuando tiene detalles conmigo (otro día me dio un cuenco de natillas).
Y ahora, la solución a la pregunta que alguno se habrá planteado: ¿por qué mi hermano es negro, si vivo en un país en el que los niños parecen lavados con lejía? Pues porque su madre decidió, en algún momento de su vida, que quería un marido exótico. Luego decidió que ya no quería un marido exótico pero que el niño se lo quedaba, pero eso es otra historia.
Ah, y además duerme con redecilla.
jueves, 7 de mayo de 2009
Por qué no vi el Chelsea-Barça
Pues porque estaba en otro sitio, señores. Mi vecina vuelve a Sevilla y tenía ganas de ir de excursión al Reichstag (el parlamento), así que cargué la cámara, me calcé las deportivas y para allá que nos fuimos.
El viaje en transporte público fue muy divertido. Primero, se me sentó al lado en el metro un señor borracho que iba hablando por teléfono a voces. No sé qué le estarían contando pero estalló en carcajadas, a la vez que me soltó en el brazo una hostia de las que hacen época. Aún así, he de decir que mi vecina y los dos chavales que iban enfrente casi más que yo. Después nos equivocamos de dirección, aún cogiendo la misma línea que usamos todos los días para ir a nuestros respectivos trabajos.
Viendo la hora que era, decidimos que lo mejor sería entrar en el último turno, porque hay menos gente. Esto es, a las 10 de la noche. Bueno, más que una decisión, ya era la única opción posible. Nos sorprendimos al ver que no había más españoles por allí y luego caimos en lo del partido. Eso sí, en vez de españoles nos encontramos con un encantador grupo de adolescentes. Más de uno se merecía una colleja pero no es muy inteligente agredir a menores en un país que no es el tuyo. Y no digamos si además con 13 años te sacan una cabeza.
Una vez arriba, rodeadas de 'teenagers' y con más frío que vergüenza, nos dispersamos en busca de fotos de Berlín de noche (ya las subiré a Flickr y a las redes sociales correspondientes, no me sufráis). Hasta que se me antojó hacerme una foto sentada en el suelo con la cúpula detrás. De pronto, me doy cuenta de que hay demasiada gente pendiente de nosotras.
A una señal de la sevillana me doy la vuelta y me encuentro a un visitante más del parlamento, armado con una cámara de las buenas, enfocándome. Qué quieres que te diga pero si me siento vigilada no puedo salir natural en las fotos. A saber lo que saldría finalmente. Creo que en el ecuadre estábamos yo y una bandera alemana.
Y esta es la razón por la que esta noche voy a poner el telediario en la web de TVE para ver el gol de Iniesta.
El viaje en transporte público fue muy divertido. Primero, se me sentó al lado en el metro un señor borracho que iba hablando por teléfono a voces. No sé qué le estarían contando pero estalló en carcajadas, a la vez que me soltó en el brazo una hostia de las que hacen época. Aún así, he de decir que mi vecina y los dos chavales que iban enfrente casi más que yo. Después nos equivocamos de dirección, aún cogiendo la misma línea que usamos todos los días para ir a nuestros respectivos trabajos.
Viendo la hora que era, decidimos que lo mejor sería entrar en el último turno, porque hay menos gente. Esto es, a las 10 de la noche. Bueno, más que una decisión, ya era la única opción posible. Nos sorprendimos al ver que no había más españoles por allí y luego caimos en lo del partido. Eso sí, en vez de españoles nos encontramos con un encantador grupo de adolescentes. Más de uno se merecía una colleja pero no es muy inteligente agredir a menores en un país que no es el tuyo. Y no digamos si además con 13 años te sacan una cabeza.
Una vez arriba, rodeadas de 'teenagers' y con más frío que vergüenza, nos dispersamos en busca de fotos de Berlín de noche (ya las subiré a Flickr y a las redes sociales correspondientes, no me sufráis). Hasta que se me antojó hacerme una foto sentada en el suelo con la cúpula detrás. De pronto, me doy cuenta de que hay demasiada gente pendiente de nosotras.
A una señal de la sevillana me doy la vuelta y me encuentro a un visitante más del parlamento, armado con una cámara de las buenas, enfocándome. Qué quieres que te diga pero si me siento vigilada no puedo salir natural en las fotos. A saber lo que saldría finalmente. Creo que en el ecuadre estábamos yo y una bandera alemana.
Y esta es la razón por la que esta noche voy a poner el telediario en la web de TVE para ver el gol de Iniesta.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Hablemos del tiempo
domingo, 3 de mayo de 2009
¡Correo!
Ya he recibido las primeras cartas, y tengo foto que lo demuestra:
Vale, una de ellas es del banco pero es importante porque es mi tarjeta de débito. La otra es más importante y mola más porque es de Patri. Como ya dije, la he colgado en mi pared, al lado del escritorio:
Pues eso, podéis seguir mandando cositas, que me hace mucha ilusión.
Vale, una de ellas es del banco pero es importante porque es mi tarjeta de débito. La otra es más importante y mola más porque es de Patri. Como ya dije, la he colgado en mi pared, al lado del escritorio:
Pues eso, podéis seguir mandando cositas, que me hace mucha ilusión.
sábado, 2 de mayo de 2009
Primero de mayo
Como algunos ya vieron ayer en la tele, la fiesta del primero de mayo en Berlín es algo enorme y multitudinario. El ayuntamiento programa conciertos, los bares de las calles donde se celebra (que son muchos y están muy bien) sacan puestos a la calle (y se forran, dicho sea de paso) y Berlín se llena de gente. Y también de policía, mucha policía.
A eso de las 15:30, me planté en Kreuzberg con una amiga sevillana. Así a ojo, allí estaba como el 60% de la población de Berlín y el 90% de los españoles que estaban ayer en la ciudad. Los españoles somos fáciles de reconocer: hablamos alto, nos movemos en grupo y llevamos mochilas Quechua compradas en el Decathlon.
Más tarde, nos juntamos con la canadiense, su vecina y un par de personas más. Y, al poco rato, la sevillana se fue. Y yo me quedé, por supuesto. De hecho, me quedé hasta las 11 de la noche, lo que no significa que las movidas del primero de mayo terminaran a esa hora para mí. Pero no adelantemos acontecimientos.
Seguimos por allí, buscamos algún escenario que mereciera la pena (con resultados bastante pobres) y vimos como, poco a poco, la proporción público general-policía iba variando según llegaban antidisturbios y bajaba la concentración de turistas por metro cuadrado.
No sé cuántos policías habrá en Berlín pero alguien pensó muy sabiamente que no eran suficientes para la que se montó ayer. Llegaron efectivos de toda Alemania y no eran precisamente pocos. Todas las calles de alrededor estaban llenas de furgones de la policía con matrícula de distintas ciudades. Según me explicaron, son el tipo de vehículo que se utiliza para detener a la gente, como nuestras "lecheras". Aquí no se andan con tonterías.
Decidimos que el primero de mayo se había terminado para nosotros cuando, quedando sólo tres personas, vimos cómo pasaban por delante unos cincuenta antidisturbios corriendo hacia la derecha. El plan de huida es simple: si la policía va hacia la derecha, sal de la calle por la izquierda. Y así lo hicimos.
Dimos por imposible llegar al metro más cercano (Kottbusser Tor) y buscamos una salida alternativa. También es de lógica: allí había empezado una manifestación a las seis de la tarde y, según me contaron después, se juntaron como unos 200 policías por esa zona. Además cerraron la estación, no sea que alguien más se apuntara a la fiesta. No sé vosotros, pero yo no tengo ganas de intimar con los antidisturbios alemanes.
Encontré un lugar donde cenar por 2,50€, una estación de metro, me despedí de la gente y volví a casa. En el transbordo en Alexanderplatz me cagué en la Gran Bretaña y en un grupo de inglesitos que llamaban a James a voces por toda la estación. No me dieron el viaje completo pero casi, porque cogieron la misma línea que yo pero se bajaron una parada antes. Con gente como James y sus amigos vagando por Prenzlauer Berg (mi barrio), decidí que ya había tenido suficientes gritos y emoción y que lo mejor sería ver alguna serie por Internet y dormir.
Bueno, pues parece que nunca es suficiente cuando se trata de disturbios. No sé si os lo habré contado pero ahora vivo en un hogar multicultural desestructurado. Y anoche tocaba discusión conyugal entre mi casera y su marido panameño. Afortunadamente, mi cuarto es la primera puerta que encuentras según entrar. Sin pensarlo dos veces (ni pasar por el baño), me atrincheré allí y di por terminado el primero de mayo.
A eso de las 15:30, me planté en Kreuzberg con una amiga sevillana. Así a ojo, allí estaba como el 60% de la población de Berlín y el 90% de los españoles que estaban ayer en la ciudad. Los españoles somos fáciles de reconocer: hablamos alto, nos movemos en grupo y llevamos mochilas Quechua compradas en el Decathlon.
Más tarde, nos juntamos con la canadiense, su vecina y un par de personas más. Y, al poco rato, la sevillana se fue. Y yo me quedé, por supuesto. De hecho, me quedé hasta las 11 de la noche, lo que no significa que las movidas del primero de mayo terminaran a esa hora para mí. Pero no adelantemos acontecimientos.
Seguimos por allí, buscamos algún escenario que mereciera la pena (con resultados bastante pobres) y vimos como, poco a poco, la proporción público general-policía iba variando según llegaban antidisturbios y bajaba la concentración de turistas por metro cuadrado.
No sé cuántos policías habrá en Berlín pero alguien pensó muy sabiamente que no eran suficientes para la que se montó ayer. Llegaron efectivos de toda Alemania y no eran precisamente pocos. Todas las calles de alrededor estaban llenas de furgones de la policía con matrícula de distintas ciudades. Según me explicaron, son el tipo de vehículo que se utiliza para detener a la gente, como nuestras "lecheras". Aquí no se andan con tonterías.
Decidimos que el primero de mayo se había terminado para nosotros cuando, quedando sólo tres personas, vimos cómo pasaban por delante unos cincuenta antidisturbios corriendo hacia la derecha. El plan de huida es simple: si la policía va hacia la derecha, sal de la calle por la izquierda. Y así lo hicimos.
Dimos por imposible llegar al metro más cercano (Kottbusser Tor) y buscamos una salida alternativa. También es de lógica: allí había empezado una manifestación a las seis de la tarde y, según me contaron después, se juntaron como unos 200 policías por esa zona. Además cerraron la estación, no sea que alguien más se apuntara a la fiesta. No sé vosotros, pero yo no tengo ganas de intimar con los antidisturbios alemanes.
Encontré un lugar donde cenar por 2,50€, una estación de metro, me despedí de la gente y volví a casa. En el transbordo en Alexanderplatz me cagué en la Gran Bretaña y en un grupo de inglesitos que llamaban a James a voces por toda la estación. No me dieron el viaje completo pero casi, porque cogieron la misma línea que yo pero se bajaron una parada antes. Con gente como James y sus amigos vagando por Prenzlauer Berg (mi barrio), decidí que ya había tenido suficientes gritos y emoción y que lo mejor sería ver alguna serie por Internet y dormir.
Bueno, pues parece que nunca es suficiente cuando se trata de disturbios. No sé si os lo habré contado pero ahora vivo en un hogar multicultural desestructurado. Y anoche tocaba discusión conyugal entre mi casera y su marido panameño. Afortunadamente, mi cuarto es la primera puerta que encuentras según entrar. Sin pensarlo dos veces (ni pasar por el baño), me atrincheré allí y di por terminado el primero de mayo.
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