jueves, 25 de junio de 2009

Briconsejos: cómo disimular un desconchón

Paso 1: buscar pintura
1.1. Busca la pintura por ti mismo. Lo lógico sería mirar en el Lidl, que tienen de todo, y en las droguerías más próximas. Bueno, pues en las droguerías más próximas nada de nada y en el Lidl no tienen de todo.

1.2. Pregunta a tus amigos.
Yo - ¿Sabéis dónde puedo comprar pintura?
Amigo 1 - En la droguería
Amigo 2 - En el supermercado
Yo - No, ahí ya he mirado
Amigo 1 - ¿Para qué quieres pintura?
Yo - Porque he hecho un desconchón en la pared
Chaval yanki que no se entera de nada porque hablamos sobre la pintura en español - ¿Qué pasa?
Yo (ahora en inglés) - Necesito pintura porque rompí la pared [¿alguien sabe decir "desconchón" en inglés?]

El yanki le pregunta algo al Amigo 2 (el mismo de los 500€, he respetado los números del otro post). Oigo la palabra "heroine" y lo siguiente que me dice el Amigo 2 es "le he dicho que te estás quitando de la heroína y por eso rompiste la pared". Le sigo el rollo, por lo que, a partir de ahora, soy heroinómana.

1.3. Aplica la lógica. Al final he localizado una tienda de bricolaje en la que vendían rodillos, pinceles y barnices. La pintura tiene que andar cerca.

Paso 2: comprar el material
La broma me ha salido por 8,45€. Eso sí, pintura acrílica, que paso de comprar disolvente y de que la habitación me huela a rayos durante varios días. Al final he comprado el color "blanco puro", con la esperanza de que la pared también sea de ese color.

Paso 3: buscar algo para abrir el bote de pintura
Una vez abierta la pintura, me doy cuenta de que es un suicidio subir la escalera con el bote abierto en la mano.

Paso 4: subir el material
Y volver a bajar a por la llave con la que he abierto la pintura, porque me la he dejado abajo.

Paso 5: tapar el desconchón
Y confiar en que no se note demasiado allá tan arriba.

martes, 23 de junio de 2009

Da gusto cuando todo sale bien

Este finde me ha salido redondo: he suspendido alemán, he perdido uno de los trabajos que había encontrado (el otro lo perdí el martes pasado), mi vuelo ha salido de Barajas con seis horas y media de retraso y, al volver a casa, me encuentro que Frida (la planta) se ha largado. Menos mal que no he facturado, que lo mismo mi maleta termina en Lesotho.

Creo que debería echar una primitiva, que me noto en racha.

jueves, 18 de junio de 2009

Qué divertido es viajar

Berlín me ha cambiado pero tampoco demasiado. Sí, es cierto, últimamente me siento algo menos borde, con menos complejos (o más impertinente, según se mire) y me caen bien los perros, hasta he jugado con algunos y les he dejado que me chupen la mano. Pero hay cosas que siguen igual. Por ejemplo, sigo sin soportar a los niños. Y da igual de que nacionalidad sean, que no hay manera.

En el vuelo de hoy, sin ir más lejos, me han entrado unas ganas terribles de pedirle permiso al sobrecargo para abrir la puerta de emergencia y lanzar por ella a un crío rubito británico. No es porque fuera británico o rubito, sino porque me lo han colocado detrás en el avión y me ha venido dando tooooooodo el trayecto Berlín-Madrid (1.866km, 2 horas y 55 minutos).

La criatura ya tiene una edad, que yo lo he visto tirando de una mini-maleta con ruedas en la puerta de embarque. Niño, si puedes llevar tu propia maleta, puedes estar tranquilito durante un vuelo y dejarme vivir durante tres horas. Yo no sé por qué sus padres pensaron que no tenían suficiente con tres hijos, se podrían haber ahorrado el cuarto.

Para un futuro: si en algún momento de mi vida tengo que hacer un vuelo de 3 horas o más, recordadme que lleve tapones para los oídos. O, al menos, que recargue la batería del iPod antes de salir de casa.

miércoles, 17 de junio de 2009

De exámenes

No puede ser que en un año haya perdido la costumbre de estudiar y hacer exámenes. Qué rápido se estropean las mentes, madre mía. Espero que con los exámenes de la EOI se cumpla la profecía de los exámenes de la DGT: un día o dos antes de presentarse al examen y aprobar, todo el mundo hace un test de prueba desatroso. ¿Será cierto o me saldrá igual de mal y tendré que ir a septiembre?

Aviso: no se admiten comentarios condescendientes.

martes, 16 de junio de 2009

Hagas lo hagas, ponte bragas

Porque las bragas son muy importantes. Tanto, que la mujer de mi jefe, aprovechando que les quedan dos semanas de tener becaria en casa, ha decidido hacer un estupendo y maravilloso libro con dibujos de bragas.

Cuando me contaron que esta mujer era pintora, pensé que se dedicaba a los cuadros raros. Ya sabéis esos llenos de rayajos y colorines que cuestan 10€ (con marco) en el Ikea y un pastizal en las galerías de arte. Pero no, resulta que ha decidido hacer una serie de dibujos de bragas, juntarla con fotos antiguas (seguramente compradas en el rastro de los domingos) y meter todo eso en un libro. Pues bienvenido sea, siempre es mejor que escanear avioncitos.

Pues eso, que al final me he tirado todo el día retocando bragas con el Photoshop. Es una tarea muy divertida que le recomiendo a cualquiera que tenga un rato libre. Me lo he pasado tan bien, que no podía dejar de compartir esta experiencia con vosotros.


Y ahora es cuando todos os cagáis en mi padre por teneros todo el día con la intriga y por haceros pensar que era una historia interesante. Siempre podéis releer el post de los rusos.

domingo, 14 de junio de 2009

Russendisko

Parte 1: discusión cultural

Dos y media de la tarde, cine en Kastanienallee. Antes de que empiece la peli ("El cielo sobre Berlín"), hablo sobre el plan de la noche con dos amigos españoles.

Amigo 1 - Está noche vamos al Kaffee Burger
Amigo 2 (coge una revista y busca el programa) - Está noche hay Russendisko, con Kaminer y Gurzhy
Yo - ¿Kaminer? ¿Wladimir Kaminer?

Los dos amigos flipan.

Yo (modo Lauripedia on) - Es un escritor ruso que vive en Berlín y tiene un libro que se llama precisamente Russendisko
Amigo 2 - Lo mismo en sus ratos libres es DJ
Yo (modo Lauripedia off) - Pues lo mismo

Efectivamente, busqué al señor en Google y los sábados pincha música rusa en el Kaffee Burger.


Parte 2: making friends (rusos)

Me dispongo a subir las escaleras de salida del metro, cuando alguien me para.

- Disculpa
- ¿Sí?
El chaval saca un papel con un croquis de tres calles y una parada de metro de Berlín
- ¿Sabes cómo se llega a esta dirección?
- Un momento...
- Se llama Burger...
- ¡Kaffee Burger!
- ¡Sí! ¿Lo conoces?
- Voy al Kaffe Burger
- Hoy hay Russendisko ¿hablas ruso?
- No [nota mental: aprender ruso]

Da la casualidad de que no tengo ni #∂¢ idea de cómo se va. Como soy una mujer de recursos, saco mi callejero de Berlín y busco la dirección que le habían dado al chavalín ruso en el croquis.

- ¡Gracias! ¿Esperas a alguien o vienes ya?
- Tengo que esperar a mis amigos, lo siento
- Vale. ¡Muchas gracias! ¡Adiós!
- De nada. ¡Adiós!


Parte 3: la música rusa, la música española y el ska

Por sorprendente que parezca, la música rusa se parece (y mucho) al ska. Lo bueno es que no hace falta saber bailar, con saltar y dar palmas de vez en cuando vas que te matas. Así pasa, que esta noche he dormido como un angelito.

Aparte del notable parecido con el ska, los tres españoles que fuimos al cine por la mañana pudimos encontrar parentesco con varias canciones españolas. Entre ellas, Veo veo, La cabra y Bares, qué lugares (y NO estábamos borrachos). Encontrar la similitud fue fácil y divertido. Lo complicado fue explicarles a la rusa, el yanki y la holandesa que venían con nosotros de qué nos reíamos.



Parte 4: "la dictadura de la figa"

La holandesa y la rusa ligaron, así que me quedé con los dos españolitos y el yanki. Y, hablando de todo un poco (concretamente, de lo bien que les había salido la noche a las otras dos chicas), salió la teoría (made in Italy) arriba mencionada. Se puede resumir en algo así como que las tías decidimos una noche de juerga si queremos pillar cacho o no y que en Italia son las mujeres las que mandan en las familias, en las casas y en las parejas. Eh, que eso no lo dije yo, fue uno de los españoles.

Amigo 2 - Te apuesto 500€ a que, si quieres, follas esta noche
Yo - Los 500€ me vendrían de puta madre pero no te voy a aceptar la apuesta. A ver, es una cuestión de estadística: ¿cuántos tíos puede haber aquí? No creo que todos me dijeran que no.

El debate sobre estadística y rechazo continúa durante un par de minutos más, sin llegar a ninguna conclusión nueva. Volvemos un rato a bailar (saltar) más música rusa y al rato decidimos largarnos a casa, así que voy al ropero a recuperar mi cazadora.

Chico ruso monísimo - Hallo!
Yo - Hallo! [nota mental: aprender ruso]

Lamentablemente, el chaval acababa de llegar al bar. El amigo dejando la cazadora en el ropero y la cerveza intacta le delataron. Y yo tampoco tenía el cuerpo para más juerga en ese momento. Intercambiamos un par de palabras más en alemán (entre ellas "por favor", "gracias" y "adiós") y me largué pensando en mi camita y mi pijama.

Una vez fuera, ya de día (cosas del horario continental, tampoco era tan tarde), me reencuentro con los dos españoles y el yanki, que me estaban esperando en la puerta.

Yo - Creo que acabo de perder la oportunidad de entrarle a un ruso
Amigo 2 - Me debes 500€

viernes, 12 de junio de 2009

Dos meses

Sin darme cuenta, ayer hice dos meses en Berlín. Tengo excusa: estoy liada con los ya mencionados exámenes de alemán y tengo que estudiar muuuuucho más de lo que creía en un principio. Bueno, como dicen por ahí, "impossible is nothing". Vamos, que si un argentino con problemas de crecimiento ha llegado al Barça yo puedo aprobar la escuela de idiomas.

Y ahora, al igual que en el post del mes pasado, vamos a hacer balance:

- He visitado la East Side Gallery (la parte conocida del muro). Conocía el que está al lado del Ministerio de Hacienda, que es feo y sin pintadas, pero no es lo mismo.

- Por fin encontré un compañero de tandem normal. El chaval se está pegando la vida padre (lleva tres viajes desde que me lo asignaron) y esta mañana me ha mandado un mensajillo a Facebook diciéndome que en España estáis a 37 grados (unos tanto y otros tan poco).

- Un señor italiano reclamó mi paternidad durante una barbacoa, con una notable falta de éito.

- He ido con abrigo varios días en pleno mes de junio... y sigo preguntándome cómo puede ser que en abril hiciera más calor que ahora.

- Ya sé qué edad tiene mi hermanito alemán negro con rastas.

- He sobrevivido a dos conferencias en alemán sobre poesía conceptual.

- Repetí el tour por Berlín que hice el primer mes, esta vez con compañía (éramos 4).

- Nada más terminar el tour arriba mencionado, vi lo que es la lluvia cuando cae en serio. Tan en serio, que tardamos tres horas llegar a un sitio que estaba a 10 minutos.

- Sé dónde venden los mejores cereales del mundo. Sólo diré que son de galleta de chocolate... rellenos de chocolate.

- He hecho cosas que negaré el resto de mi vida. Concretamente, haber animado al Barça durante la final de la Liga de Campeones y haber programado páginas web que violan todos y cada uno de los principios básicos del diseño.

Hale, este ha sido mi segundo mes. Espero que lo hayáis disfrutado.

jueves, 11 de junio de 2009

Hay que tener vecinos majos

Casa de una familia alemana en Berlín un jueves por la tarde. Llaman al timbre. El padre deja de jugar con el niño y abre la puerta. En el descansillo, hay una chica morena con gafas. Lleva unos vaqueros desgastados, unas deportivas de tela, una cazadora negra y una mochila. La chica saluda al hombre con un tono agradable y un marcado acento español.

- ¡Hola!
- Hola

El hombre se extraña. Más aún cuando la chica saca una cartulina azul.

- Disculpe, ¿tiene un paquete para mí?

El hombre comienza a comprender lo que ocurre y se ríe. La chica se da cuenta y responde con una sonrisa.

- Sí, desde hace tiempo
- Sí, lo sé. Es una larga historia. ¡Muchas gracias! Adiós
- De nada. Adiós

Pues la larga historia se puede resumir en que las señoras funcionarias de Correos no han sido capaces de explicarme que lo que el puñetero papelito azul quería decir es que hace DOS SEMANAS que el paquete que recibí está en casa de mi vecino. Menos mal que el señor ha sido simpático y no lo ha tirado por la ventana.

Ahora sólo falta saber qué ocurrió con el paquete de mi madre. Ya sabéis, aquel que retuvieron en la aduana durante una semana y que, se supone, lleva varios días en Alemania.

miércoles, 10 de junio de 2009

Examen de alemán, certificado de aptitud

Como ya sabrán algunos (concretamente, los que se hayan enfrentado alguna vez a un examen de la Escuela Oficial de Idiomas), los exámenes oficiales constan de cuatro partes. Y mi examen de alemán no iba a ser menos. Me queda algo así como una semana para prepararme y juro y perjuro que estoy haciendo todo lo que está en mi mano para aprobar los #∂¥¬ exámenes de alemán.

Parte 1: comprensión lectora
Esto lo llevo bien. Me compré un libro nada más llegar, leo todos los avisos del transporte público (nunca se sabe) y, en el trabajo, llevo maquetadas y revisadas 370 páginas de un libro en alemán escrito por un tal Max Stirner (de profesión anarquista).

Parte 2: comprensión auditiva
Jefe - Voy a un seminario en la universidad, ¿quieres venir?
Yo - ¿De qué va?
Jefe - Poesía conceptual
(me cago en la #∂¢)
Yo - Vale

Parte 3: expresión escrita
Tres palabras: Facebook, Tuenti y Gmail

Parte 4: expresión oral
Creo que con la discusión que tuve el lunes por la tarde con una señora de Correos tengo suficiente para unos días. Tampoco se me dio muy bien, porque la señora se empeñaba en desentenderse de todos mis problemas postales, colgándole el muerto al remitente.

¿Cómo lo véis? Mejor me pongo a estudiar, que falta que me hace.

sábado, 6 de junio de 2009

¡Correo! (vol. V)

Está visto que a mí me tiene que pasar de todo. Hace más de una semana que mi madre mandó un paquete por correo con cosas varias que le pedí. Se supone que el correo tarda 4 o como mucho 5 días en llegar de Fuenlabrada a Berlín, así que ya estaba empezando a cundir el pánico en casa de mis padres (y yo ya me estaba cagando en todo el funcionariado postal y sus ancestros por perder mi chaqueta favorita).

El caso es que mi madre, ya hasta las narices de preguntarme si el paquete había llegado a su destino en Berlín, fue a correos a ver qué ocurría. Nada más volver a casa, me mandó este mensajito tan alegre:


"Hola Laura vengo de preguntar por tu paquete y me han dicho
q esta en proceso de entrega, Q ha estado retenido en aduana"


¿Retenido en aduana? ¡Pero esta mujer qué me ha mandado!


Da igual, porque las cartas siguen llegando. Esta vez, de Mamen (la postal de Madrid, a la izquierda) y Mr. Blogger (el dibujo del hipopótamo), respectivamente. Llegaron la semana pasada pero es que no había pasado las fotos aún.

viernes, 5 de junio de 2009

No me lo puedo creer

Sé que últimamente estoy muy pesada con el clima. Pero mi mente criada en España no es capaz de asimilar que un 5 de junio pueda haber 8º en el hemisferio norte. Lo siento pero no me lo creo.

Que alguien revise los termómetros de Berlín, que yo creo que se les ha roto algo.

miércoles, 3 de junio de 2009

No me he caído por la escalera

Lo digo por si alguien ya estaba haciendo predicciones sobre qué me puede haber pasado. Calma, que lo único que ocurre que no he tenido tiempo. Os pongo un poco al día y os quedáis ya todos tranquilitos (menos los que pensaban que me había caído por la escalera, que se habrán llevado una decepción).

Pues resulta que el lunes fue festivo en Alemania (que nadie se me queje, que me pongo a echar cuentas de los festivos que habéis tenido en Madrid), así que he tenido un fin de semana muuuuy largo. Me ha pasado de todo: desde empaparme las zapatillas y terminar llevando unos ejecutivos de chico hasta las seis de la mañana que llegué a casa hasta que un señor italiano reclamara mi paternidad. Mejor cuento lo del señor italiano, que es más corto y más chocante (aunque no acostumbro a llevar ejecutivos prestados todos los días).

Aprovechando el festivo y que la lluvia nos dio una tregua (hoy ha vuelto y mañana seguirá), los becarios españolitos decidimos hacer una pequeña barbacoa en el canal del Spree. Al lado teníamos unos señores dedicados a sus tareas (véase cantar, debatir temas trascendentales y fumar porros). La lluvia apareció después de la sobremesa durante unos minutos y nos metimos todos debajo de un árbol, incluidos los señores de los porros y una señora que recogía botellas porque decía que así conocía gente.

Allí estábamos todos, hablando del lugar de procedencia de cada uno y de lo multicultural que es Berlín, cuando un señor con acento italiano (pero que hablaba español de puta madre) me dijo "¿eres española?", lo que desató la siguiente conversación:
- Sí
- Yo te conozco
- Esto... creo que no
- ¿Tu madre se llama Mercedes?
- No
- Ah, entonces no eres mi hija

WTF!

Por cierto, mi plantita se encucuentra estable tras caer desde un tercer piso, aunque ha perdido algunas flores y un par de tallos.